miércoles, 15 de agosto de 2012
1
No eramos perfectos, miles de caídas, idas y vueltas, uf, incontables, pero a pesar de todo eramos felices. Las cosas fueron así por tres años, tres años y medio. Empezamos de chicos y terminamos de adolescentes y en otros aspectos, adultos. Compartimos cosas que no todos habrán tenido la suerte de compartir y otros la habrán tenido de no compartir ciertas cosas, porque como fueron momentos buenos tambien fueron malos. Eran días donde nos reíamos de la vida, al menos yo; donde todo me parecía color de rosas y otros parecía que la vida se me cagaba de risa en la cara, donde me daba la espalda y no me tiraba ni una buena. Era tanto lo que me afectaba que llegue a pasar días postrada en la cama sin moverme de tanta tristeza. Lo bueno de la relación era como nos llevábamos, jugábamos como nenes, eramos aparte de novios, amigos, mejores amigos. Esos mejores amigos que se joden todo el tiempo con una sonrisa nada disimulada porque en el fondo se aman y se gustan, así nos llevábamos; nos veían de lejos y eramos dos locos jugando a pegarse y molestarse pero que así eran felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario