Todo eran mentiras que ni tu creías, pero yo creí. Ya no despierto empapada en lágrimas cada mañana. Me siento fuerte para dibujarme un nuevo amanecer.
Ya no estoy rota de dolor y rabia y al mirar tu cara ya no siento nada. Ya no soy la tonta que te perdonaba una y otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario